En vacaciones nos relajamos un poco más, vamos a la playa, dormimos hasta más tarde y en general nos olvidamos de la rutina. El problema está en que descuidamos la parte de la rutina que consiste en mantener una buena higiene dental, es por ello que el momento ideal para realizar una visita a nuestro odontólogo, es luego de las vacaciones, para evitar arrastrar problemas bucodentales a lo largo del año.
Si a lo anterior añadimos que, durante las vacaciones solemos ser menos estrictos con nuestra dieta, es decir; consumimos más golosinas, más refrescos, más bollería industrial, entre muchos otros alimentos que favorecen la aparición de caries y otros problemas bucodentales, queda claro que la visita al dentista ante la vuelta al cole es prácticamente una obligatoria.
En el caso de los adultos, regresar al trabajo puede resultar fuertemente estresante, y sumados al estrés pueden presentarse problemas bucodentales como el bruxismo, las enfermedades periodontales, e incluso irritaciones bucales como llagas, aftas o candidiasis. Tener un plan desde el comienzo para manejar el estrés de forma adecuada, puede ser crucial tanto para el desempeño laboral como para el cuidado de la salud dental.
Vuelta al cole una mejor sonrisa
Con la vuelta al cole, viene la regularidad en el día a día, es por ello que este es el momento perfecto para dar inicio a tratamientos que requieran un seguimiento contínuo y compromiso por parte del paciente, como en el caso de la ortodoncia.
Aunque es prácticamente normal que, niños y adolescentes lleven ortodoncia metálica, para aquellos que no la consideran agradable visualmente o incómoda, existen opciones más estéticas como Invisalign, que al ser transparente y removible para comer y cepillarse los dientes, es más cómoda y trae consigo más beneficios prácticos, por lo que se acabaron las excusas para no ponerse los aparatos.
El manejo del estrés
Cuando sales de vacaciones te olvidas de todo y te liberas del estrés, pero cuando vuelves al trabajo este también regresa, y en algunos casos es tan rápido que resulta difícil de asimilar. Con el estrés se suelen apretar o rechinar los dientes, siendo estos indicadores claves del bruxismo, que deriva en fuertes dolores de cabeza y daños en los dientes.
Aquellos pacientes que tienen implantes o carillas, deben tener aún más cuidado con el bruxismo, pues si el rechinar o apretar los dientes daña las piezas dentales naturales, implantes y carillas se verán aún más afectados, pues no tienen el mismo nivel de resistencia que los dientes naturales.
En definitiva, muchos de estos problemas se pueden prevenir o detectar a tiempo con tan solo una simple visita a tu dentista de confianza, y es que siempre la mejor forma de evitar el desarrollo de una patología bucodental es prevenirla.