Muchos pacientes piensan que el sarro es producto de una mala higiene bucal, tabaquismo o de una mala alimentación, que aunque bien pudiera ser el caso, muchos otros pacientes que mantienen una buena higiene bucal, una dieta balanceada y no fuman, también manifiestan problemas relacionados a la formación de sarro, esto se debe a que el principal responsable es nuestra propia saliva.
El nivel de pH en la saliva varía en cada persona dependiendo del entorno y a distintos factores genéticos. Algunas personas presentan un pH ácido; es decir, por debajo de 7, el cual es ideal para la aparición y la multiplicación de ciertas bacterias que actúan sobre el esmalte, ocasionado las caries. Por otra parte; un entorno ácido debilita el esmalte, lo que hace aún más efectivo el ataque de las bacterias.
Por el contrario, algunas personas poseen un pH básico o alcalino; esto es, por encima de 7, el cual neutraliza el ácido necesario para que ocurra la corrosión dental, disminuyendo la susceptibilidad de desarrollar la caries dental. Pero un pH básico también significa mayor predisposición a la formación del sarro o cálculo dental.
¿Cómo se forma el sarro?
El sarro se forma como resultado de la calcificación de la placa dental bacteriana, restos de comida y saliva. Para que esta placa bacteriana se mineralice y se transforme en sarro necesita aproximadamente unas 24 horas. El problema con esta masa de aspecto desagradable y poco estético, es que resulta el hogar perfecto para la acumulación de bacterias.
Nuestro Director Clínico el Dr. Ariel Quintana Lopez nos explica: “Pensemos en el sarro como un arrecife de coral, y las bacterias como los peces y organismos que allí viven. los corales forman una barrera de estructuras minerales que protegen a las criaturas y peces de los embates del mar. Así mismo ocurre con los dientes, las bacterias no se adhieren a las superficies lisas de estos, ellas se alojan en el sarro que las protege.”
El problema con el sarro está en que mientras más tiempo pase, mayor será la acumulación del mismo y por consiguiente será más grave el problema. Esto explica por qué la presencia de sarro conlleva a la aparición de caries, gingivitis, periodontitis, recesiones de encía, mal aliento, pérdida de piezas dentales, entre otras enfermedades bucodentales.
La importancia del pH en la saliva
En ocasiones anteriores hemos hablado sobre la importancia de la saliva, cuando tratamos en nuestro blog el Síndrome de Sjögren, pero es importante establecer que la saliva es una de las barreras naturales que sirven para proteger nuestros dientes. De acuerdo al Journal of Odontostomatology, la saliva tiene una capacidad de neutralizar ácidos y amortiguar las variaciones de acidez.
Aunque el pH en la saliva puede ser ácido o básico por predisposición genética, nuestros hábitos y nuestra alimentación pueden influir en los cambios de pH. Mantener una buena higiene bucal es crucial para frenar la formación de caries o sarro, sobretodo en horas de la noche debe ser más meticulosa, ya que la producción de saliva disminuye, lo que hace más vulnerable a dientes y encías ante las bacterias.
Por último, es importante destacar que el sarro una vez formado, solo puede ser eliminado mediante una limpieza dental profesional, es por ello que la prevención es crucial. Con esto queremos decir que no solo debes mantener una buena higiene bucal, sino que las visitas a tu odontólogo de confianza deben ser frecuentes, pues es éste quien determinará tu situación específica, y establecerá un plan de acción para mantener tu salud bucodental en estado óptimo.