Antes de que un paciente se someta a un tratamiento de implantes dentales, éste debe reunir unas condiciones mínimas, entre las que destaca el hecho de no haber padecido un infarto en un periodo menor a seis meses e incluso un año según algunos autores. Digamos que la combinación infarto e implantes dentales puede resultar de alto riesgo si no se toman la previsiones necesarias en caso de que pueda darse.
Por este motivo, resulta imprescindible conocer a fondo el historial médico del paciente antes de la colocación de implantes. Los pacientes no imaginan la cantidad de factores que pueden jugar en contra del éxito de un implante dental. Enfermedades de orden sistémico relacionadas con el sistema cardiovascular como malformaciones cardíacas, angina de pecho, cardiopatías valvulares, infarto miocardio reciente e insuficiencia respiratoria, serán en muchos casos razón suficiente para descartar los implantes dentales como tratamiento viable.
El diagnóstico como factor clave en el éxito del tratamiento
Una valoración del estado de la salud bucal del paciente va más allá de mirar solamente el estado de los dientes y las encías, es necesario conocer el historial clínico completo, realizar un TAC, e incluso identificar patrones conductuales del paciente tales como miedo o rechazo a recibir tratamientos dentales.
De la mano del diagnóstico debe venir un plan de acción frente a lo encontrado en el diagnóstico. El éxito del tratamiento, en gran medida, se derivará del compromiso y conocimiento del paciente en cuanto a las acciones que debe llevar a cabo. Del mismo modo, el dentista deberá informar al paciente de los riesgos asociados durante la cirugía, en el periodo inmediato después de la cirugía, y en el no tan inmediato pasadas algunas semanas e incluso meses.
En el caso de problemas cardíacos, estos tendrán que haber sido correctamente diagnosticados y valorados por el médico de cabecera o especialista correspondiente. Por tanto, el dentista podrá consultar con el médico en cuestión y entre ambos determinar si el paciente puede ser candidato para implantes dentales, y de ser así, establecer el plan a seguir de forma conjunta.
Consideraciones entre Infarto e implantes dentales
Como mencionamos anteriormente, la principal consideración ante la colocación de implantes después de un infarto o una crisis de angina de pecho, es que ésta haya sucedido por lo menos seis meses antes de la intervención, pero aún siendo ésta una condición que imprime riesgo agregado a la intervención, se tienen que tomar en cuenta otros factores tales como:
- Reducir al mínimo el factor estrés emocional hacia la intervención en caso de que la persona padezca de fobia al dentista, ya que esto implica una estimulación adrenérgica que aumenta el consumo de oxígeno del miocardio.
- Prescribir medicación ansiolítica o sedante, en caso de que el paciente lo requiera.
- Realizar la intervención de la forma más atraumática posible de manera que no se genere ningún tipo de ansiedad sobre el paciente durante la misma.
- No tomar aspirinas (ácido acetilsalicílico) o fenilbutazona bajo ninguna circunstancia, ya que éstas potencian un efecto anticoagulante.
En resumidas cuentas, las afecciones cardiovasculares, aunque representan un incremento en el riesgo, tampoco resultan en una contraindicación absoluta frente a los implantes dentales bajo los parámetros antes establecidos, con lo cual el paciente deberá tomar conciencia en cuanto a su implicación para que todo resulte según lo planeado.