¿Ardor en las encías? ¿Sangrado anormal al cepillarte los dientes? ¿Encías inflamadas o sensibles? Si la respuesta es sí, lo más probable es que tengas gingivitis. Esta enfermedad, que afecta desde las encías hasta los tejidos óseos, puede derivar en periodontitis y, en última instancia, en la pérdida de piezas dentales.
Prestar atención al cuidado de tus encías es sumamente importante ya que a los primeros síntomas, la gingivitis se puede tratar fácilmente y corregir. Por el contrario, si se pasa por alto, puede tener consecuencias muy graves. La presencia de esta enfermedad viene asociada normalmente a la mala higiene bucal, y aunque hay otros factores que contribuyen a su aparición, es imprescindible tener una higiene bucal correcta.
¿Cómo se genera la Gingivitis?
Si la placa no es removida adecuadamente, ésta se acumula y forma un depósito duro comúnmente conocido como sarro o cálculo, el cual se aloja en la base del diente. Esta combinación de placa y sarro deterioran las encías, causando inflamación e irritación. El proceso de deterioro de las encías continúa cuando las bacterias y las toxinas provocan que las encías se infecten, se inflamen y se tornen sensibles.
Dependiendo de las personas, la gingivitis puede ocasionar mal aliento e incluso otorgar un mal sabor de boca aunque la enfermedad no esté todavía muy avanzada.
Vale, tengo Gingivitis, ¿y ahora qué?
Nuestro director clínico, el Dr. Ariel Quintana López, siempre hace la analogía de la limpieza del hogar con la higiene dental, sus palabras suelen ser: “por muy bien que se barra y friegue el suelo del salón, si no se limpian los recovecos debajo de los muebles , este seguirá sucio”. Con esta frase se refiere a que la higiene bucal no es sólo cepillarse después de las comidas, también es necesario limpiar entre los dientes, ya sea por medio de un cepillo interdental o mediante hilo dental según sea el caso y, finalmente, complementar con el enjuague bucal.
De la Gingivitis a la Periodontitis
- Presencia de bacterias más agresivas.
- Predisposición genética.
- Altos niveles de estrés, exceso en el consumo de alcohol, y el sobrepeso.
- El consumo de tabaco.
- Enfermedades como la diabetes, la osteoporosis, inmunodepresión o infecciones frecuentes por virus.
- La ingesta de ciertos medicamentos.
- Ausencia de una buena higiene bucal, así como de cuidados profesionales.
- Presencia de dientes mal colocados o empastes desajustados, entre otros.
Cabe destacar que la acumulación de placa dental en la encía siempre implica la aparición de gingivitis en mayor o menor grado. Por este motivo, resulta muy importante tener un cuidado constante de nuestra higiene bucal, ya que sólo con llevar a cabo esta práctica, podremos evitar una gran cantidad de problemas y complicaciones.