¿Te desagrada el tono amarillo y las manchas en tus dientes? ¿Consideras que una sonrisa bonita y blanca constituye un recurso social importante? Si tu respuesta es sí, no eres el único que lo piensa. Según la Academia Americana de Odontología Cosmética (AACD), el 92% de los adultos estadounidenses coinciden contigo. En nuestros pacientes, apreciamos ese mismo desagrado generalizado por el tono amarillo y las manchas en los dientes, usualmente acompañado, además, por una resistencia y oposición a las técnicas de blanqueamiento dental por miedo a dañar el esmalte.
¿Por qué se manchan los dientes?
Resulta importante conocer cuáles son los factores que afectan al tono de nuestros dientes. Los principales responsables suelen ser determinados alimentos, algunos medicamentos y el paso del tiempo. Algunos ejemplos de estos responsables que nos afectan diariamente, y que tan presentes están en nuestra vida cotidiana, son:
- El té.
- El café.
- El vino.
- El tabaco.
- Ciertos medicamentos.
- Alimentos ácidos como los cítricos o el vinagre.
Cabe destacar que ciertas actividades involuntarias como rechinar los dientes, asociadas al bruxismo, altamente influenciado por el estrés, contribuyen al desgaste del esmalte. Al igual que predisposiciones genéticas, ya que cada persona nace con un esmalte diferente, bien sea más opaco o más translúcido. Quienes tienen una ventaja de nacimiento, son aquellos con el esmalte más opaco y grueso, puesto que sus dientes parecen más claros, brillantes y responden mejor al blanqueamiento.
¿Cómo funciona el blanqueamiento dental?
Para poder comprender cómo funcionan las técnicas de blanqueamiento, resulta importante conocer cuáles forman parte de este proceso y en qué consisten. Estas técnicas se basan en un proceso químico, caracterizado por la presencia de peróxido de hidrógeno, que interactúa con las dos capas más externas del diente (el esmalte y la dentina), con el objetivo de aclarar las pigmentaciones del esmalte, reduciendo el tono amarillo de los dientes a un blanco natural.
Estudiando más a fondo estas dos estructuras, tenemos por un lado la dentina, que está compuesta por una estructura amarillenta, la cual constituye la mayor parte del diente. Luego, en la última capa que conforma al diente, se encuentra el esmalte, que es la estructura más dura de todo el cuerpo dental. Ésta debe ser así de dura ya que tiene que soportar la presión constante de la masticación y proteger a las estructuras más blandas de las bacterias y los cambios de temperatura.
El blanqueamiento dental QuickWhite
Es importante no crear falsas expectativas, ya que dependiendo del caso, se podrá necesitar más de una sesión. También dependerá de las condiciones dentales del paciente, pero en la gran mayoría de casos, los pacientes podrán conseguir un excelente resultado en una sesión. En pacientes que presenten tinciones internas, no se podrán conseguir los resultados deseados con una sola sesión.
¿El blanqueamiento dental daña el esmalte?
La respuesta es un contundente no. Los temidos tratamientos agresivos ya son cosa del pasado. Mediante el sistema de blanqueamiento dental QuickWhite se consigue no dañar el esmalte. Esto es posible gracias a la composición de ph neutro del gel, que actuando en conjunto con la lámpara de luz fría, se descarta cualquier riesgo de subir la temperatura de la pulpa evitando la aparición de pulpitis o incluso necrosis, como ocurría anteriormente en los tratamientos con calor.
Adicionalmente, en cuanto a posibles efectos secundarios, sólo un reducido número de pacientes podrá presentar sensibilidad tras el tratamiento, la cual desaparecerá en un periodo de 24 a 48 horas, ya que se trata de una sensibilidad transitoria. Ahora que ya sabes que esa sonrisa blanca que deseas está a tu alcance, sólo es cuestión de solicitar cita para poder disfrutar de la sonrisa que siempre quisiste.